La libertad no es sino la capacidad de vivir con las consecuencias de las propias decisiones. (James Mullen)

lunes, 14 de febrero de 2011

La Revolución de las Letras

¡Quiero una revolución!, dijo la letra “Z”, “me cansé de ser la última”, agregó. La letra  “H” ni se pronunció, nadie la toma en cuenta, es ignorada. La “C” y la “S”, con su típica y egocéntrica discusión. La “X” y la “D”, saltaron a  la fama, ¿con qué cara reclaman?, las vocales:”A, E, I, O, U” tienen su cuento aparte, con esas no se comparte, según ellas, no hay quién se les compare. La “B” y la “V” discuten: siempre se les confunde. La “T” se toma un café, está sentada, más bien aislada, analizando con su mirada, la revuelta armada, “pobre manada” fueron sus palabras. La “W” y sus primas “M, N, Ñ” quedaron de salir mañana. La “J” se ríe a carcajadas de la magnitud de palabras que cada letra prepara. La “K”  invitará a la “Q”   a comer un budín de queso en un  kiosco que se encuentra en la esquina del libro de cocina. La “F” grita con furia que todo es una farsa, y que no se logrará nada, La “L” espantada se dibuja a sí misma y le grita “¡¡¡Perdedor!!! Así jamás ganarás la libertad”, La “G” acaricia un gato y se duerme al lado de la “Z”… ¡zzZZzz! Las letras bilingües: “X e Y” no apoyan la revolución, se mantienen firmes en su decisión y sin compasión dejan entrar a la ley en acción. “¡¡¡Los Pacos!!!” grita la “P”, ella si tenía que perder, tenía un buen prestigio en esa institución. La “R” quiso arreglar la situación y con corrector se borró de toda palabra y formó así la oración “¡QUEREMOS EVOLUCIÓN!”… 


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