Lenguaje

El simple acto de hablar de pronto se tranforma en complejidad, es tan fuerte el sentimiento que invade que no nos deja operar con el lenguaje, que según algunos es la expresión del pensamiento, según yo, no es más que un acto de intercambio de códigos si no sabes interpretar las palabras, o tal vez, una suseción de frases sin sentido. Porque ¿quién sabe si lo que decimos es lo que realmente pensamos?

Entre la distancia y el frío, nosotros.

• En noches heladas como esta me dan ganas de escribir, el frío pareciera ayudar a las ideas a impregnarse en el papel, hoy veo que prefiero teclear signos y significados, en frases y palabras, todo en esta noche helada...
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   En noches como esta, me detengo a observar el tiempo, como mal intencionado se une con el frío y la melancolía para hacerme tristeza la alegría. Me pregunto cómo juega traviesa mi rebeldía y mi cabeza me hace actuar con ironía, susurro frases y oraciones con inmensa cobardía...
•  Que entretejen tus neuronas mujer sencilla y compleja de básicas básicas, de pueblos de viviendas antiguas, de hijos de trabajadores uniformados. Hijos de las palabras, familiares de las frases, es acaso el frío quien ayuda a mantener la armonía interior logrando generar aquellos párrafos que dicen más que lo que aparentan?
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   No son más que restos del día, sobras de emociones cansadas y devastadas por los sabores de las palabras. Tengo un café en mis manos un verde en mi cabeza y restos de amarillos y naranjos en mi mente, quisiera
   despertar en una blanca habitación, dormirme luego junto al sol y despertar de nuevo escuchando tu voz.
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  Sabe Dios por que los telares del tiempo hicieron que las tardes y los días caminaran como lo hicieron, miles de tonalidades podríamos haber inventado y mezclado en días distintos, sin embargo, la osadía de pensarlo no puede convencer al enlace de lo que hemos vivido, aunque extrañara la inocencia de aquellos pinceles que mezclaban ideas de pinturas distintas, sientome en orgullo por cada cosa pasada, no añoro nada más, agradecido estoy de la niña de los ojos del Señor por cuanto aprendimos y es como ha sido, nadie sabe lo que se dispone la historia a poner para el escriba del universo, mas ahora lucho por cuanto siento Aquí que es verdadero y real como pocas veces, no me resigno a ganar el juego de perder, sigo y hasta que el corazón aquí no lata más, no dejaré de luchar, Dios cabalga junto a mis escritos...
  
  Gracias, por nuestra conversación. 
  J.A.H.U.
  N.N.Q.H

Estaciones Rotas

Soledades Solas, pero me pregunto, si su soledad es meditabunda, si sus viajes son como pensamientos libres sin cadenas y cuerdas que le impidan soñar, si su aroma le permite ocultar su presencia en aquel lugar... Caminar, correr, luego, volar... seguimos el camino, en diferente magnitudes nos transportamos a lugares, en las estaciones  nos sentimos cobardes, tememos a la idea de enfrentar la situación, la ocasión y por supuesto sus ojos, esos que con sólo mirar, nos hacen temblar... Quizás por eso, termino dejando, abandonando, o quizás, arrancando de la ciudad. Mi maleta, lleva el peso de las letras, las palabras y oraciones un día habladas, publicadas y muchas veces ultrajadas.

¿Qué les pasa a los Árboles?, solían danzar...

Euforia, adrenalina, descontrol, locura absurda, sentimientos de energías móviles que te desplazan a miles de kilómetros, te transportan a lugares soñados donde la melodía  te concentra en una extenuante ilusión sin fondo y figura, todo se mezcla, se perturba, no hay miedo, pero no sé si existe  paz. La risa, la razón quizá de la inmensa locura, pero a la vez placer que se siente, sí, sentir, que alguien me explique qué es el sentir, mmm… jamás, pero qué jamás, lee entre líneas, juega, ríe, perdí mi mente, mis ilusiones y mis pensamientos, quizás quién los tiene, me da miedo, es privado, mi propiedad, es mío, que no lo  toquen, que no abran ese archivo, sino mi vida será publicada en la cabeza de una persona mal intencionada como el gran otoño que se encuentra ahí fuera echando a correr los dados con el tiempo, para ver quien comienza este siniestro juego, donde el frío es aliado de ambos lados. Quiero la lluvia, quiero un árbol y quiero el mar, su fuerza inquebrantable, quiero una tregua y un túnel que atravesar, correr sin descansar para cansar mi cuerpo y evitar pensar. Quiero una habitación blanca con óleos de colores para dejar registro de mis sabores, quiero mi vestimenta empobrecida y notas musicales para interpretar mi actuación con dulce ironía. Siento, qué es sentir, tal vez no sienta nada, quiero reír, pero de ironía, quiero maldecir, a la puta vida, pero luego, otra vez, por el puto carajo, pienso en lo absurdo…quiero mi óleo, y quiero ruido para cansar el sonido, quiero gritos enérgicos para luego despertar blanca y sin color en una habitación con gran emoción, escarbar como un perro callejero en busca de mi objeto perdido. La verdad es que lo único que quiero es encontrarme y empezar de cero.

Quiero mi árbol y correr dejando el verde oscuro que convierte mi día en algo absurdo. Todo eso y más quiero.