No quiero hablar de colores, ni sabores, ni letras, ni silencio, ni lenguaje, ni estaciones, ni el pensar.
Quiero recuerdos...
Mariposas, hermosas, por cierto.
Notas, escritos, lápices, mensajes fugaces, noches interminables, segura estuve de ir al infierno y de seguro me perdí.
Perdida, en caminos que forjaron nuevas salidas.
En un sendero aparte, comence un viaje desafiante, excusas constantes,
en un comienzo dudé, pero todo parecía estar bien, caminé y disfruté, sin querer volvió a mí el deseo de querer, y en eso me sumergí. Entre pasillos infinitos y miradas especiales me conmoví...también creí.
Pero, al parecer no era así, cambio de planes...
Día infinito, noche perfecta...para dormir, y no querer despertar.
Pinturas eternas, música exclusiva para no recordar y en lo posible putear a la vida, que muy atrevida se me venía encima. Ilusiones, sueños y emociones provocaban mi inestabilidad total.
Después de largo tiempo aún no podría decir que no sigo en lo mismo, no ha cambiado mucho... en el fondo, si ha cambiado, pero todo permanece, ahí.
Hoy permanezco quieta y silente, aguardo, tal vez impaciente, ¿que qué espero?, un milagro quizás.
Al final del camino.
En el fondo del baúl.
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